Maternal abarca los primeros años de vida de una aguilita y para nosotros es fundamental reconocer el impacto de esta etapa en su desarrollo cognitivo, emocional y social. Es en este momento donde se establecen los cimientos para habilidades clave como el lenguaje, la socialización y la autonomía.
Este nivel académico está supervisado, regulado y avalado por el DIF.
1. Aprendizaje a través de la interacción: Los niños aprenden el sistema del lenguaje interactuando con otras personas, mediante la narración, la disposición de palabras y descubriendo sus funciones lingüísticas.
2. Expresión emocional y afectiva: Utilizan el lenguaje oral para nombrar sentimientos y emociones, estableciendo relaciones entre personas, palabras, situaciones y objetos, lo que les permite expresar afectividad y establecer conexiones emocionales.
3. Participación en juegos lingüísticos: Los niños responden con balbuceo a juegos metalingüísticos como trabalenguas y retahílas, lo que estimula su capacidad de jugar con el lenguaje y desarrollar habilidades lingüísticas.
4. Apreciación y expresión artística: Expresan agrado o desagrado ante ritmos, expresiones y musicalidades, participando en actividades creativas como leer, escuchar y crear música, dibujar y representar gráficamente sus interpretaciones y asociaciones.
5. Desarrollo integral: Participan en actividades que promueven el desarrollo cognitivo, afectivo, social y motor, como leer, bailar, jugar y crear en un entorno que respeta su proceso de aprendizaje y desarrollo personal.
1. Exploración y experimentación: El niño decide con base en sus intereses los materiales de construcción que favorecen su imaginación, lo que implica un proceso de selección y experimentación con diversos recursos.
2. Creatividad e innovación: Construye nuevos juegos utilizando material diverso y novedoso, lo que refleja su capacidad para innovar y explorar más allá de los juegos convencionales, fomentando así el pensamiento creativo y la resolución de problemas.
3. Observación y comunicación: Identifica y nombra objetos, espacios y personas con las que quiere interactuar, lo que sugiere un desarrollo de habilidades de observación y comunicación esenciales para el pensamiento científico, ya que implica la capacidad de identificar y describir fenómenos.
4. Colaboración y diálogo: Conversa con otros niños acerca de sus descubrimientos y exploraciones de materiales, lo que promueve el intercambio de ideas, la colaboración y el desarrollo de habilidades sociales necesarias para el trabajo en equipo y la construcción colectiva del conocimiento.
5. Flexibilidad y adaptabilidad: Inicia el juego espontáneo y toma decisiones sobre el uso de juguetes y juegos, lo que sugiere una capacidad para adaptarse a diferentes situaciones y contextos, así como para tomar decisiones autónomas, habilidades fundamentales para el pensamiento científico.
1. Desarrollo del lenguaje y la comunicación: El niño incrementa su repertorio de palabras para expresar sus gustos, preferencias, necesidades y colaboraciones, lo que sugiere un desarrollo ético al comunicar de manera clara y respetuosa sus ideas y deseos.
2. Participación en actividades democráticas: Participa en espacios donde puede expresar sus ideas y tomar decisiones, lo que promueve su reconocimiento como sujeto de derechos y aprendizaje en un entorno democrático que valora su opinión y autonomía.
3. Respeto hacia otros y el medio ambiente: Identifica y respeta a personas distintas a su familia, así como establece una relación armónica con la naturaleza, demostrando sensibilidad hacia los animales, el campo, los árboles y la tierra, lo que refleja valores éticos de respeto y cuidado hacia el entorno.
4. Incorporación de la cultura y la identidad: Incorpora elementos de su cultura que le son afines y se siente identificado con ellas, participando en juegos, canciones y narraciones que reflejan la cultura de su comunidad, lo que fortalece su identidad y pertenencia cultural.
5. Expresión emocional y social: Las aguilitas requieren espacios de contención emocional y puede expresar sus sentimientos, así como para entablar conversaciones para expresar sus necesidades e intereses, lo que fomenta su desarrollo ético y social al reconocer y respetar sus emociones y las de los demás.
1. Vínculos de apego y respeto familiar: El pequeño reconoce figuras de referencia cercanas, garantizando vínculos de apego seguros, y experimenta respeto por los ritmos y necesidades familiares, promoviendo relaciones respetuosas y armónicas en su entorno.
2. Desarrollo socioemocional y autonomía: Avanza progresivamente en el desarrollo de habilidades socioemocionales, mostrando disposición por explorar y aprender en ambientes afectivos que le permiten expresar sus intereses y autonomía.
3. Inclusión y adaptabilidad: Se integra paulatinamente a la comunidad y se adapta a diferentes experiencias en sus relaciones con el entorno, su familia y otros niños, fomentando la inclusión y la adaptabilidad en diversos contextos sociales.
4. Cuidado del cuerpo y hábitos saludables: Construye su identidad a través del conocimiento de su cuerpo y desarrolla hábitos saludables, como el control de esfínteres, la alimentación consciente y la rutina de sueño, promoviendo el autocuidado y el bienestar físico.
5. Seguridad y protección: Participa en ambientes seguros que previenen y controlan los peligros y riesgos, aprendiendo a actuar en situaciones de riesgo mediante protocolos de protección civil, lo que garantiza su seguridad y bienestar en el entorno comunitario.
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